14 feb 2015

"La atención", de Ernesto H. de las Casas

Volviendo al campo de la atención, tan importante para el fundamento mismo del humanismo, donde precisamente lo humano es libre por poder intencionar en un sentido u otro, por poder elegir en una dirección u otra; por tanto de poder rechazar otras direcciones inconvenientes.

Pero antes de intencionar, de elegir, de direccionarse, se comienza por atender en ese sentido, por prestar atención, por mirar-ahí, por interesarse. No sólo de responder a algo que ‘llame la atención’, algo que cope la vista, sino que uno puede con fuerza dirigir el rayo de la atención para interesarse, profundizar, ampliar, o bien desinteresarse de aspectos poco interesantes, rechazar precisamente lo incoherente.

Esto de un modo habitual requiere de estar atentos, de atender precisamente a las direcciones de interés y desatender a las inapropiadas.

La indiferencia, la desatención a lo que no es apropiado al ser humano es la mejor forma de hacer el vacío a esas formas inconvenientes.

De manera entonces que hablamos de una atención activa, aunque suene redundante, no de una atención pasiva.

Por ello la atención es más bien una herramienta potente del ser humano en su carrera por la libertad, es su mejor herramienta en la vida cotidiana, es su mejor recurso para su desarrollo personal.

Y social también, porque hoy son los grandes conjuntos humanos los que atendiendo de un modo u otro, atendiendo a ciertas señales y rechazando otras pueden dar un cambio definitivo a las situaciones sociales que se viven.

La atención colectiva bien dirigida es quizás el instrumento más valioso de los pueblos, junto con su sistema de creencias direccionado de modo constructivo.

Los ejercicios de la atención dirigida, de la atención distensa y focalizada, de la atención concentrada, enfocada no sólo porque los temas son de interés, sino por la capacidad de interesarse en algo y de dirigir la atención a ello nos hace humanos y nos pone en la vereda de enfrente de toda objetivación y mercantilización del mundo, de las personas y la cosas.

Por otro lado, volviendo a la tecnología en boga, a nadie se le escapa que se está produciendo un fenómeno adverso en donde dada la saturación de estímulos, la hiperabundancia de información, la atención humana actual tienen muy poca duración de enfoque, con lo cual, normalmente la atención se focaliza en ciertos temas por poco tiempo, 3 a 4 minutos como mucho y se cambia de tópico, lo cual tiende a llevarse a todos los campos de la vida, por ej. a las conversaciones cotidianas.

Se nota con frecuencia como la gente conversa poco de un mismo tema con una misma persona, de modo que produce un registro tremendo de impermanencia, de transitoriedad, lo cual es contraproducente porque hace que todo sea muy pasajero, muy variable e inestable, nada resulta definitivo y todo queda muy expuesto a las modas, a las influencias transitorias ya que siempre ‘dentro de poco tiempo, habrá otro producto más interesante...’

Lo cual podría ser valioso desde otra perspectiva, pues una cierta inestabilidad, opuesta a los anquilosamientos, permite reorientarse en otra dirección más apropiada.

Pero eso exige de atención y de permanencia, para superar las resistencias de toda nueva dirección, las que muchas veces se viven como meras distracciones, algunas de las cuales suelen llevar a verdaderos desvíos y no pocos accidentes.

Esto exige una acción consciente de parte de la gente de contar con su capacidad de atender, de interesarse de elegir y mantener puntos de vista como su principal recurso para estar con cierta independiencia en este oleaje de cosa variables y pasajeras.

Atender a las propias necesidades, atender a los propios intereses y a los propios proyectos, conectarse con gente que coincida con estos primarios es un modo de proceder muy interesante,

Cuando las personas desarrollan activamente una atención intensa, no hay publicidad, ni propaganda ni cosa por el estilo que pueda ‘venderles gato por liebre’ precisamente.

Por otra parte, los publicitarios alegan a los fabricantes, que realmente no hay tantas cosas realmente de interés para las personas y que adornar de mil formas las mismas cosas, no es tarea muy digna que se diga, por más moderna y actualizada que sea la tecnología en boga.


3. Sin duda el tema da para mucho más, de hecho en nuestras temas de estudio incluimos desde el comienzo estos tópicos de la atención y sus formas, su relación con la memoria y el cuerpo, comprobando como el comportamiento atencional es decisivo en la conexión con el mundo dada la estrecha relación entre atención, imagen y cuerpo.

Atención interna y externa, atención a las imágenes mentales y como éstas trazan los campos atencionales externos predisponiendo un desplazamiento espacial determinado.

Hay tantos temas importantes que, nunca mejor dicho, mercen a nuestra atención, que no podemos distraernos en secundariedades. Valga esta página como disgresión en torno a la ‘secundariedad de desmerecer la atención humana’.

Sin duda abordaremos otras temáticas más interesantes.
Seguramente no faltará oportunidad.

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