4 ene 2016

El Arbol de la Vida - Experiencias sobre el procesamiento evolutivo de la Energía

fragmento tomado de: Monografias del parque Toledo
sigma109@gmail.com
Alfonso Alcaide RodrígueParque de Estudio y Reflexión Toledo, 8/Mayo/2015

Introducción.-
A mi actual modo de ver, todos hemos sido dotados con un cuerpo y una energía que lo dinamiza formando un tándem provisional. El cuerpo es un préstamo que habrá que devolver y cabe que esa energía vital también nos sea reclamada, ya que originalmente operan en perfecto ensamblaje.
Entonces… ¿Qué sentido tiene venir aquí y luego marcharse, dejando todo cuanto fui?, ¿Para qué he venido?, ¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿Qué he de hacer? ¿Hacia dónde voy? Vistas así las cosas… Todas estas preguntas se convierten en reflexiones claves íntimamente ligadas “al Propósito y Sentido de la Existencia”.
¿Será que esa energía nos ha sido entregada en un nivel mínimo de funcionamiento y que nuestro mejor logro es llevarla a su máxima expresión?
¿Será que en su esencia va implícita la posibilidad de Espiritualidad e Inmortalidad?
¿Será que dependiendo de lo que cada cual haga con su vida, podrá develar o no, ese gran secreto escondido en los altos grados de evolución?
¿Será entonces la vida el medio que utiliza la Mente para mejorarse a sí misma?
Si la posibilidad de lograrlo o no es cierta, se evidencia entonces un Sentido y un Propósito existencial, donde el logro sería la evolución de la energía difusa y vital, apta para la vida, pero insuficiente para la consolidación espiritual, y transformarla en un proceso de depuración progresivo hasta transmutarla en un nuevo ser verdaderamente Espiritual.
Quizás es a partir de ahí, desde donde legítimamente, podríamos comenzar a hablar no ya de transcendencia, sino de Inmortalidad. Porque si este espacio-tiempo nos reclamara el cuerpo y la energía prestada, quizás no esté entre sus atribuciones reclamar el gran logro trabajosamente intencionado y coronado como “Espíritu Inmortal”. Porque esa energía, inicialmente difusa se ha transmutado, ha cambiando su condición de origen y quizás se proyecte hacia otros espacios y otros tiempos, escapando a esta regulación.
Tal vez ese Espíritu Triunfal sea la nave esférica en la que se viaje hacia la eternidad…
Nosotros somos esa energía y frente al Plan de la Mente… ¡Nosotros somos esa posibilidad!
La vida cotidiana nos ofrece la manera de ir enfrentando toda situación, en ese proceso de progresiva liberación. Cada elección cuenta, en ella te haces o te deshaces. Los registros de sentido o sufrimiento van dejando clara la dirección.
Este trabajo, trata entonces de la experimentación de los diferentes estados por donde se transita en este proceso evolutivo de depuración y liberación energética. Arrancando desde lo mecánico, difuso y contradictorio, y como rompiendo el encadenamiento del inicial funcionamiento, se puede ir transitando por diferentes estados, en un proceso que puede experimentarse como surgimiento del acto libre, superación del sufrimiento, liberación interior y profunda Espiritualidad.
Aunque todo proceso es vivido de forma subjetiva, cada estado guarda una estructura propia de su paso y esto es común al ser humano y es lo que nos permite entendernos entre estas subjetividades.
Silo sabía esto y nos acercó la primera descripción, no ya de estados sueltos como aparecen en aportes de autores anteriores, sino que como proceso se expresa ordenado en pasos. Atender a los distintos pasos de este proceso, resulta clave para poder llevarlo a buen término.
Él, como en tantas otras ocasiones nos abrió la puerta de entrada, pero ahora resulta una responsabilidad nuestra el avanzar y continuarla.

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